El peligro al que nos vemos expuestos los médicos pasantes y otros profesionistas con servicio social rural obligatorio es un hecho bien sabido en la sociedad en general. Es el primer intento de novela que hago, y expongo de manera presurosa en el anónimo mundo del blog. La Benemérita facultad de Medicina de Durango le había otorgado ya a Juanito la afamada carta pasante. Y la honrosa institución de salud federal: su plaza del servicio.
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Es la llamada a cambiar de biografía. Todos lo sabemos. Fijar la ojeada en lo esencial de la biografía.